Intento 1(Relato de su libertad)

Tengo los ojos vendados, por un velo echo de seda de hilos duros como el acero, una venda que oprime mis ojos y los hace llorar dejando amarga la sopa , aquella que oculta la verdad ante mis narices, una venda que me expulsa de lo más mío, que reduce mis sentimientos a un ínfimo sufrimiento por la opresión a la que me veo sometido día a día, una opresión en el anonimato, pues nada me oprime, tan solo las puertas de mi casa y las incontables enormes rocas que me rodean, dejándome absuelto a un futuro ya conocido, a morir de viejo en soledad y quizás con muy poco orgullo en mi pecho chupado por el tabaco. Tirado en la cima de la gran extensión de montañas cubiertas del llanto congelado, blanco y puro del cielo, aquel hielo que congela mis venas cada día que desbarato mi mente tratando de hallar versos afines a lo que siento, aquel frío que me deja bajo el abrigo de una bandera pisoteada y rota, de un corazón afligido y de un canto que se pierde entre las infinidades de mi mundo montañoso, un mundo, que parece nunca acabará…
Un bostezo ciñe mi rostro y deja un enorme vacío en mi vientre, y me alarmo a la llegada de una idea genial, una idea insólita, un pensamiento al que le temo mas que a nada, algo aterrador que me ilusiona inconteniblemente, que me hace gritar al cielo, aquella ráfaga de valentía que me hace soñar con lo que hay detrás de esta gran muralla impenetrable hasta ahora pero no por mucho tiempo. Creo con el dolor del alma y el espíritu enaltecido que abandonaré la comodidad de esta monotonía y me aventuraré en el sendero de los locos que preferimos ser caminantes a ser pisoteados como camino, estas son pues, mis notas póstumas si fallezco o los versos excitados de un viajero que abre sus alas y se deja llevar por las brisas frías y librantes